miércoles, 15 de junio de 2016

El 23 % de ciudadanos suizos se muestran a favor de una Renta Básica Incondicional en Suiza

En Suiza, si una iniciativa reúne más de 100.000 firmas validadas en 18 meses, el Consejo Federal, gobierno nacional del país, está obligado a organizar un referéndum en el plazo de tres años, bien sobre el texto exacto de la iniciativa o sobre una contrapropuesta negociada con los impulsores. Cumpliendo con las exigencias señaladas - se consiguieron 126.000 firmas-, el pasado 5 de junio del presente año, los ciudadanos helvéticos fueron consultados sobre si votarían a favor o en contra de modificar la Constitución para que en la misma se contemplara una Renta Básica Incondicional (RBI), en los siguientes términos:

         Art 110 bis (nuevo) renta básica incondicional. La Confederación velará por el establecimiento de una renta básica incondicional. La renta básica debería permitir a toda la población poder llevar una vida digna y participar en la vida pública. La Ley reglamentará la financiación y el importe de la renta básica.      

La iniciativa recibió el apoyo del 23% de la población siendo, por el contrario, rechazada, por el 77% (pueden consultarse los detalles aquí). Antes de abordar el análisis de los resultados obtenidos, conviene aclarar que, ni por parte del Consejo Federal -gobierno nacional de Suiza-, ni por las Cámaras que componen el Parlamento se apoyó el tratamiento de esta modalidad de renta. Por lo que se refiere al Consejo Federal, se rechazó la iniciativa al considerar que una renta básica incondicional tendría consecuencias negativas sobre la economía, el sistema de seguridad social y la cohesión de la sociedad suiza y, en particular, la financiación de dicho ingreso implicaría un considerable aumento de la carga fiscal. Así las cosas solo quedaba expedito el sistema de democracia directa de la Confederación Helvética, dando la posibilidad de que los propios ciudadanos manifestaran su postura en orden a dicha Renta, lo que no ha impedido que la dirección nacional de casi todos los partidos, incluyendo al Partido Socialista, recomendaran votar “no”, con las excepciones del Partido Verde y el Partido Pirata (políticamente insignificante), que recomendaron votar “sí” y a los que se sumaron una serie de secciones cantonales del Partido Socialista de las tres áreas lingüísticas.

Volviendo al resultado de la consulta popular, ciertamente el porcentaje más elevado ha sido el de quienes han rechazado la implantación de la RBI, pero debe hacerse una lectura muy positiva de esta iniciativa, como así lo ponen de manifiesto los promotores, en tanto que casi una cuarta parte de la población ha mostrado su apoyo a la RBI. Por otro lado, la consulta ha supuesto tener que profundizar y divulgar un proyecto complejo que exige el análisis de los diferentes problemas, así como contemplar la realidad de los diversos escenarios. En este sentido, es especialmente significativa la encuesta sobre el "Futuro de la Renta Básica Incondicional en Suiza” que llevó a cabo el Instituto de Investigación Gfs.bern, entre el 25 de mayo y el 1 de junio del presente año, y que se publicó a las 12.01 (hora local) del mismo día de la consulta, después de que las oficinas electorales se clausuraran, para no interferir en el voto. 

El resumen de los resultados de la encuesta deviene especialmente interesante porque va más allá de la foto fija que ha supuesto las cifras alcanzadas tras el escrutinio, al permitirnos conocer la valoración que los ciudadanos hacen de la RBI, fijándose en aquellos aspectos que generan especial reticencia, al atribuirles una serie de consecuencias negativas, frente a aquellos otros que reconocen los aspectos positivos de esta modalidad de renta (Véase el documento aquí). En concreto, hay dos análisis especialmente interesantes. El primero de ellos, en la página 3, hace una selección, incorporando los porcentajes, de los argumentos contra la RBI, revelando que el 41% se manifestó completamente de acuerdo en considerarse en contra de la RBI por el coste elevado para su financiación; el 30% por el efecto de atracción sobre los extranjeros y, por último, el 33% consideró que la falta de motivación para trabajar afecta negativamente a la implantación de este modelo de Renta. El segundo de ellos, recogido en la página 4, en relación con los argumentos a favor de la implantación, refleja que el 31% lo está por la necesidad de nuevos modelos de estilos de vida; el 20%, porque da valor al trabajo en casa y al voluntariado y, por último, el 15%, considera que la RBI supondría la simplificación del sistema de bienestar social.

Por consiguiente, la iniciativa - al margen del resultado relativamente positivo obtenido - ha supuesto el inicio de un debate, improrrogable, sobre el valor del trabajo, el crecimiento económico, la sociedad de consumo, la brecha de la riqueza, la inseguridad, una vida digna al margen del mercado y, en definitiva, sobre qué tipo de sociedad queremos para el siglo XXI. Debate que, al margen de la difícil materialización de esta modalidad de renta, a corto plazo y en determinados ámbitos geográficos, debe mantenerse si no queremos que las cada vez más sangrantes diferencias sociales generen un clima de conflictividad social, paliada en el pasado siglo por el avance de los derechos sociales, con las consecuencias por todos conocidas.


María Dolores VALDUEZA BLANCO. Profesora Titular Visitante del Área de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad Carlos III de Madrid. Investigadora del Proyecto de Investigación “Las prestaciones económicas de garantía de recursos de subsistencia” (DER2013-48829-C2-2-R), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, Plan Nacional de Investigación I+D+I.

No hay comentarios:

Publicar un comentario